Trabajar en el autoconocimiento y en el desenvolvimiento de nuestra vida interior puede ayudarnos a entender nuestras propias prioridades o lo que tiene sentido para cada uno de nosotros o lo que es ser alguien en la vida.
¿Por qué estoy hablando de este tema?
Era temprano, por la mañana, y la encontré preparándose para la primera clase del día, de pilates. Sí, hago pilates con ella.
Me miró y dijo – Tengo miedo de no ser alguien en la vida. Así, de esta manera, y continuó – tengo 28 años, no tengo un apartamento, no tengo dinero, mis amigas, algunas están casadas, otras con hijos en camino, otras ya viven solas.
Sigo las redes sociales y cada vez más siento que no voy a ser alguien….
¡Wow! Qué golpe, pensé. Tema muy difícil.
Descansa un poco – dijo ella – después de una serie de ejercicios. En este pequeño intervalo argumenté que estar comparándose a uno mismo a través de las redes sociales puede generar una sensación de no encajar o tener miedo de no alcanzar el éxito, generar estereotipos. Una especie de «auto-bullying». Ella estuvo de acuerdo.
Nueva serie y nuevo intervalo. Al seguir hablando, encontramos este tema complejo, que, quién sabe, una amiga nuestra, una psicóloga, podría hablarte sobre esto con más propiedad. Sí, me dijo.
Sin embargo, me impactó. Terminamos la clase, yo, con los músculos adoloridos por los ejercicios y la mente a mil con el tema que ella me había compartido.
Tengo miedo de no ser alguien en la vida…
Bueno, pensé ¿y ahora qué? De alguna manera me sentía responsable.
¿Qué conceptos, qué herramientas, qué respuestas dar a ese sentimiento o interpretación de la realidad?
Encontré apoyo en algunas ideas que he aprendido al participar en el Camino Espiritual de Cafh. Quién sabe, pueden ayudar, vamos a ver.
Reversibilidad de los valores – saber quiénes somos
Parafraseando al fundador de Cafh, Santiago Bovisio, cuando sentimos y aclaramos para nosotros mismos nuestra prioridad en la vida, para que no nos dejemos llevar por las circunstancias de cada momento, adoptamos un método para vivir y alcanzar esos objetivos.
Conocernos a nosotros mismos es el fundamento de esa pregunta: tener claro para nosotros, ante todo, cuáles son nuestros principios, cuáles son nuestros valores, lo que queremos alcanzar y luego adoptar el método de vida. Un ejemplo, son los gimnastas. Definen lo que quieren lograr, una medalla olímpica, por ejemplo. Para ello, adoptan un método de alimentación, de ejercicio etc., es decir, renuncian a vivir otras posibilidades.
Recuerdo que cuando nacieron mis hijos, mi esposa y yo decidimos que ellos serían nuestra prioridad; en términos de inversiones, sería la de darles posibilidades de estudiar. Por lo tanto, siempre que teníamos que tomar una decisión relacionada con inversiones, para que la prioridad de que nuestros hijos estudiaran y ésta tuviera un primer lugar, dejamos de adquirir patrimonio, por ejemplo. Recordar esa prioridad, nos afirma, en ese momento, cuando por alguna circunstancia, surgen las comparaciones.
En ese sentido, tener claro lo que es importante para cada uno, da la fortaleza interior para seguir adelante con el método adoptado para vivir nuestras posibilidades, sin comparaciones, desde la propia definición de lo que es éxito, de lo que es ser alguien en la vida.
Meditación y conocimiento de sí mismo
Hay varias formas o técnicas, si se prefiere, para meditar. También hay varias razones.
Con una simple búsqueda encontrarás una respuesta. Lo importante, ante todo, es reflexionar sobre uno mismo, sobre lo que pasa en nuestro interior, nuestros miedos, conceptos y lo que me gusta llamar disparadores, es decir, lo que hace que nuestras emociones afloren.
Este conjunto de aspectos componen nuestra vida interior y dialoga con nosotros todo el tiempo e incluso genera muchos ruidos.
Seguramente ya lo habrás notado, por ejemplo, que cuando alguien o algún acontecimiento nos dice algo que hace que nos sintamos atacados, eso va y vuelve, se queda en nuestra mente, va y vuelve; una hora repitiendo esto, o haz aquello, otra diciendo, cálmate, ponte bien.
Queremos pensar por nosotros mismos, no queremos que nos digan qué hacer con nuestras vidas, queremos ser libres. Tomar nuestras propias decisiones.
Pero, me pregunto, ¿podemos ser libres cuando notamos en nuestro interior un montón de voces que nos hablan todo el tiempo? Entonces, ¿quiénes son estos fulanos y menganos que nos dicen cosas? ¿Quiénes son esos que se interponen en nuestra conversación con nosotros?
¿Cuál es la voz verdadera que debemos escuchar? ¿Somos nosotros los que estamos pensando o son los reflejos de los conceptos y patrones que la sociedad, la cultura o las redes sociales están tratando de imponernos algo?
Las expectativas de la familia, los amigos, el país, nuestra cultura social pueden intensificar nuestro miedo al fracaso o a no corresponder a lo que las normas nos dicen y expectativas que se nos imponen.
La meditación es una práctica excelente para ayudarnos a encontrar nuestra propia voz.
Nuestros miedos, angustias, aflicciones pueden estar ligados a la dificultad de reconocernos a nosotros mismos y encontrar nuestros propios valores y capacidades.
Cuestionarnos a nosotros mismos, y tener claridad de lo que significa para nosotros «ser alguien» puede ayudarnos a vivir con alegría, felicidad y plenitud las infinitas posibilidades que tenemos.