Dice una canción «… no existe una escuela que enseñe a vivir…» esto es posible que así sea para quien elige ser autodidacta de la vida, asumiendo las consecuencias de vivir tropezando y cayendo, sin embargo para aquél que busca un sentido trascendente, ha de encontrar la escuela más apropiada a su anhelo Quien necesita de normas estrictas y del sostén de frases o discursos en forma repetitiva de aquellos que fundaron esas escuelas, es muy posible que escoja algunos de los caminos o religiones conocidas, que se asientan en esos discursos, pero aquel que necesita una verdadera escuela de vida, asentada en leyes universales de renovación constante, para poder así escuchar el verdadero mensaje de la vida, no sólo deberá encontrarlo, sino que una vez adoptado deberá aprender a escuchar en el silencio de su corazón y así vivir ese mensaje que esas escuelas tienen para el ser humano.
Pero aún así quienes elijan esta vía, pueden en algún momento sentirse cómodos y detener el proceso, por eso han de tomarse las reglas fundamentales de las ideas transformadoras y renovarlas constantemente en el diario vivir y entonces así será una verdadera escuela y aquel que la haga vida, podrá prescindir entonces de aquello que lo trajo hasta aquí.